Diplomáticos europeos actuales y anteriores dijeron que había una creciente preocupación de que una segunda presidencia de Trump pudiera significar una retirada estadounidense del continente y una destrucción de la OTAN. Sin embargo, mientras corre para recuperar la Casa Blanca, Trump ha dicho muy poco sobre sus intenciones. El sitio web de su campaña contiene una sola frase críptica: "Tenemos que terminar el proceso que iniciamos bajo mi administración de reevaluar fundamentalmente el propósito y la misión de la OTAN". Él y su equipo se niegan a dar más detalles. Esa línea vaga ha generado una enorme incertidumbre y ansiedad entre los aliados europeos y los partidarios estadounidenses del papel tradicional del país en política exterior. Los embajadores europeos y funcionarios de centros de estudios han estado peregrinando a los asociados de Trump para preguntarles sobre sus intenciones. Al menos un embajador, Mikko Hautala de Finlandia, se acercó directamente a Trump y trató de persuadirlo del valor de su país para la OTAN como nuevo miembro, según dos personas familiarizadas con las conversaciones.
@ISIDEWITH10mos10MO
Imagine que es miembro de un país que depende de la OTAN para su seguridad; ¿Cómo afectaría una posible retirada estadounidense su sensación de seguridad?
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¿Cómo se sentiría si la seguridad de su país dependiera de un aliado que estuviera considerando retirarle su apoyo?